No hubo un capítulo donde no me impresionara por lo que leía. Y eso, que puede sonar tan asombroso como ingenuo, no lo es tanto. Porque aquí, en
Sobre el amor y la soledad, hay enseñanzas deslumbrantes sobre nuestras relaciones sociales y amorosas. Cada frase revela nuestro acercamiento hacia la realidad, en cómo convivimos con las personas. La naturalidad dañina con la que nos relacionamos es tal, que ya se convirtió en algo común, cuando es la base de nuestros dolores, pretensiones y placeres. Eso lo expone
Krishnamurti, y de una forma brutal.
Esta 'brutalidad' radica en los dos temas que titulan las conferencias, dictadas por este orador espiritual y reunidas como antología (sus obras se recuperan de esta forma). Así, dice que
el amor que conocemos no es amor, sino posesión, dependencia, envidia.
La soledad no es más que eso de lo que huimos, al buscar cada vez más actividades para realizar, como si deseáramos alejarnos lo más posible de nosotros mismos, en favor de las "experiencias".
Lo importante no es vencer la soledad, sino comprenderla, y no podemos comprenderla si no la afrontamos, si no la miramos directamente, si siempre estamos huyendo de ella. Y toda nuestra vida es un proceso de huir de la soledad, ¿no es así? En la relación usamos a los demás para encubrir la soledad; nuestra persecución del conocimiento, nuestro acumular experiencias, todo lo que hacemos es una distracción, un escape de esa vacuidad".
Estas ideas deconstruyen lo que siempre hemos creído sobre dos ideas universales y, curiosamente, tan bellas como peligrosas (Al final del texto, reúno más
frases de Krishnamurti que llamaron mi atención). Este texto lo leí cuando me sentía solo e, incluso, algo necesitado de aprecio. Creo que leerlo quizá no te hará sentir menos solo, pero sí detectar qué significa y cómo se genera esta soledad, además de amarte más. Al final, la soledad es brillante y hermosa, porque eres tú mismo.
Pese a ser escritas hace más de 50 años,
las enseñanzas de Jiddu Krishnamurti son totalmente necesarias a para esta época de aparente incertidumbre. No sé si sea algo para escandalizar, que no hemos cambiado nada como humanos durante cinco décadas, o directamente para actuar y, ahora sí, transformar el mundo en serio.
Me encanta
la revolución mental que propone. Nada de marchas, ni guerras. Un cambio propio y de fondo, que explore cómo nos relacionamos y, a partir de ahí, los problemas sociales y políticos desaparecerán. No mientras haya una división e importe más convencer que una idea de izquierda es mejor que la de derecha, y viceversa, mientras afuera mueren personas, por hambre o guerra. Y no es simplificar estas problemáticas, sino mirarlas y abordarlas desde una perspectiva que pocas veces se considera.
Hay un cliché y es justo el de cambiar de forma individual, y que el mundo lo hará junto a nosotros. Pero nunca se dice qué ni cómo, que no sea mejorar actitudes elementales sobre cómo vivir mejor en comunidad. Aquí, en
El amor y la soledad,
Jiddu Krishnamurti ofrece varias señales para acercarnos. Eso sí, es crítico e invita a cuestionarse, como supone cualquier exploración. Lo hace con sencillez, sin la complejidad
ni oscuridad de E.M. Cioran. Aunque se le podría ver así al hindú sin la disposición para cambiar lo que creemos es el amor y la soledad y, desde ahí, darle un nuevo sentido de por vida.
FRASES DE SOBRE EL AMOR Y LA SOLEDAD
Krishnamurti y el amor
"Conocemos el amor como sensación, ¿no es así? Cuando decimos que amamos, conocemos los celos, el miedo, la ansiedad. Cuando ustedes dicen que aman a alguien todo lo que eso implica es: envidia, deseo de poseer, de adueñarse, de dominar, miedo a la pérdida. No sabemos amar sin miedo, sin envidia, sin posesión".
"Esa es nuestra vida: queremos ser alguien famoso, realizarnos en lo personal, adquirir conocimientos, llegar a ser un escritor, un artista o algo más importante. Todo eso anhelamos. ¿Pueden un hombre o una mujer así saber lo que es el amor? O sea, ¿puede haber amor en un hombre que trabaja para sí mismo, no sólo en un sentido limitado, sino identificándose con el Estado, con Dios, con la actividad social, con el país, con una serie de creencias?"
"Cuando poseo a una persona, no quiero que esa persona mire a nadie más. Cuando considero a esa persona como mía ¿hay amor? Obviamente, no. Tan pronto mi mente crea un cerco alrededor de esa persona considerándola "mía", no hay amor"
"Amar a alguien es estar en comunión con esa persona, no en un nivel particular sino completamente, integralmente, pródigamente; pero nosotros no conocemos un amor así. Conocemos el amor sólo como sensación: mis hijos, mi esposa, mi propiedad, mi conocimiento, mi logro; y esto es, nuevamente, un proceso aislador"
"Cuando hay tantas cosas que llaman, que exigen nuestra atención, concedemos atención completa al pensamiento sobre el sexo. ¿Por qué se ocupa tanto de eso la mente? Porque ésa es una vía de escape máximo. Es un modo de olvidarnos completamente de nosotros mismos."
"El placer es alimentado por el pensamiento; en consecuencia, el pensamiento no es amor".
Krishnamurti y la soledad
"Sintiéndome solo, quiero encontrar a alguien o alguna idea por cuyo intermedio pueda ser dichoso. Pero la soledad permanece siempre; está siempre ahí, escondida. Pienso que por medio de algo, por medio de una persona, seré feliz. Mi mente siempre está ocupada en encontrar algo. Por medio de muebles, de una casa, de libros, de personas, de ideas, rituales, símbolos, abrigo la esperanza de lograr algo, de hallar la felicidad. Y así es como las cosas, las personas, las ideas, se toman extraordinariamente importantes, porque a través de ellas espero encontrar lo que busco. Por lo tanto, empiezo a depender de ellas".
"Me siento solo y eso me atemoriza. ¿cuál es la causa del temor? No es porque ignoro cuáles son las implicaciones que contiene la soledad? Si conociera el contenido de la soledad, no la temería. Lo que genera temor es el hecho mismo de escapar, no el de mirar la soledad".
"Hay una diferencia entre ese estado de soledad (loneliness), que implica sentirse solo, solitario (lonely), y el otro estado que implica estar solo, libre, no depender de nadie (alone). Cuanto más consciente es uno del sí mismo, tanto más aislado está, y la conciencia del "yo" es el proceso de aislamiento. Pero la otra soledad (aloneness) no es aislamiento, y sólo existe cuando ha dejado de existir la soledad del aislamiento".
"La mayoría de nosotros busca la dependencia. Queremos compañeros, queremos amigos; no queremos vivir en un estado de separación, en un estado que genera conflicto. Aquello que es solo y libre, jamás puede hallarse en un estado de conflicto".
"¿No es muy importante que yo comprenda esta soledad, esta aflicción, este dolor
de la extraordinaria vacuidad interna? Porque si comprendo esto, tal vez no utilice
nada con el fin de encontrar la felicidad".
Krishnamurti y la mente
La mente, ¿no es también un instrumento de comparación? Decimos que tal cosa es mejor que tal otra; uno se compara a sí mismo con alguien que es más agraciado, más inteligente. El juicio comparativo embota la mente, no la agudiza, no la toma comprensiva, inclusiva.
La comparación nos impide mirar plenamente. Yo te miro a ti, que eres una persona agradable, pero digo "conozco a una persona mucho más agradable" o "conozco una persona más estúpida". Cuando hago esto no te estoy mirando a ti. Como mi mente está ocupada en otra cosa, no te estoy mirando en absoluto.
La naturaleza misma de nuestra mente es ser engañosa, retorcida, incapaz de afrontar los hechos; y esa es la cosa que crea problemas, es el problema mismo.
Krishnamurti y las relaciones
Si yo le uso a usted para realizar mi felicidad, usted se vuelve muy poco importante, porque
lo que me interesa es mi felicidad.
Éste es el mayor problema que tienen en la vida: cómo vivir una vida en relación, una vida en la cual la mente jamás haya sido lastimada, jamás haya sido deformada. Y bien, ¿es esto posible? Hemos planteado una pregunta imposible. Es una pregunta imposible y debemos encontrar la respuesta imposible. Porque lo que es posible es mediocre, ya está acabado, agotado; pero si uno formula la pregunta imposible, la mente tiene que encontrar la respuesta. ¿Puede hacerlo? Esto es amor. La mente que no registra ni el insulto ni el halago, sabe lo que es el amor.