Las historias de este libro son muy diferentes entre sí. Noté tres tipos: están las que apelan al recuerdo de relaciones amorosas, en México, con el pueblo, las costumbres, etc. Ahí mismo incluyo las que se inclinan por crear imágenes(¡realmente lo hizo: ves en segundos lo que dice!), con gran ritmo. Éstas me gustaron. Luego las que parecen todo menos situaciones ocurridas en México y escritas por un mexicano: personajes con nombres extranjeros y cosas poco apegadas a la vida en México. No me agradaron. Y por último algunas de carácter religioso-destino lo que pasará Después De. Resaltar la importancia que le da al ambiente: el decir qué ocurre con todo lo demás mientras está narrando algo.  Interesante.

Me sorprende el afecto y respeto que le tuvo al género de historia corta--no minificciones ni cuento largo-- pues este tipo de narraciones ¡vaya que se le ha despreciado en México! Prácticamente no existe. Edmundo Valadés, Alberto Chimal y Eusebio Ruvalcaba(ha retomado de nuevo) son algunos de los nombres a los que les ha interesado este género de cuento/relato breve. 28 historias en un libro ya es mucho que decir en un libro de narrativa mexicana. 

En general, me gustó el libro, dejando de lado los otros dos tipos de historias es bueno. No lo tomaría como una referencia imprescindible para los que gustan de la historia corta pero algunos puntos útiles tiene. Si produjo tanto, igual algo debe de tener.