El documental de Etgar Keret revela cómo crea sus relatos originales y conmovedores, y su objetivo detrás de ellos
El escritor de cuentos originales y conmovedores, o sea Etgar Keret, es el mismo en la vida real, en su realidad. El documental Etgar Keret: Based on a True Story es como cualquiera de sus historias. El absurdo estirado hasta longitudes impensables convive con su imaginación que se desborda por las calles y cafeterías de Israel y Nueva York, donde recrea algunos relatos (como "El gordito", joya que, si no has leído, debes hacerlo ya). Lo confirman declaraciones de sus amigos y colegas. Y el trampolín fluye hasta el origen de su estilo.
Infancia y adolescencia, son dos palabras para sumergirse en Keret. De padres con filosofía hippie, más en la irreverencia que en la presunción, creció Etgar. Pero entendió el mundo cuando entró al servicio militar, en su natal Israel. Fueron tres años donde toda su educación se desprendió. Ahí la tierra vio nacer al escritor. Tuberías fue la primer joya que nos regaló para llorar y sonreír sobre lo hermosa que es la vida cuando eres inadaptado.
Si Etgar Keret es la fusión del juego infantil con el descubrimiento adolescente de la decepción, quedaría cojo. “Son publicidad de la vida”, anuncia sobre sus relatos durante el filme. Y cómo negar los rayos de luz que desprenden. No es bello todo lo que escribe. Más bien es triste, pero acompañado de humor e imaginación. ¿De qué sirve la literatura?, se preguntarán los que han leído tanto, que ya hasta perdieron el sentido de las historias. Para ser empáticos. Sólo eso, los invita Keret.
Como un geek que leía cómics y se sentía mejor con las palabras, dentro de casa que fuera de ella, lo describen su madre y amigos. Alguien a quien no le ocurren más cosas que a cualquiera, pero que detecta cuando hay una historia. Una persona que siempre cuenta cuentos y miente cuando habla. Y como un gran actor, lo define su editor. Eso se cree cuando representa, en escenas del filme, lo que parece inverosímil.
De 67 minutos, el documental es dirigido por los cineastas Stephane Kaas y Rutger Lemm. Par de holandeses que no pudieron entender mejor al escritor israelí, al hacer una película como un cuento suyo. Con imágenes simbólicas que disparan, casi desde una tubería, crean un retrato cercano de Etgar Keret. Aunque su país sea muy distinto al de los demás, y pocos pasen por un servicio militar semejante, traducen lo que él imprime en sus letras. El humor, la confusión y la ternura viven cada día, estés donde estés.