Lo sabemos, 'The shape of water' está bajo el reflector de todos. Con polémicas sobre si es un plagio de obras anteriores, llega a la edición 90 de los Premios Oscar con 13 nominaciones de las 24 categorías (a una de las 14 de La La Land el año pasado). La verdad, vale la pena conocer esta historia sobre cómo dos extraños inadaptados se conectan en algo aparentemente tan insustancial (como el agua). Igual de interesante sería ver otras películas nominadas que, de no ser por los sitios especializados, no escucharías de ellas, aunque compitan por varios premios. Aquí tres que debes ver: 'Three Billboards', ''Lady Bird'  y 'The Square'.

Three Billboards (Tres anuncios por un crimen)

Si una de las funciones del Estado es asegurar la integridad de sus ciudadanos, se le debe exigir que cumpla con ello, aunque se exhiba su incapacidad a través de la rebeldía. El filme de Martin McDonagh lo hace. Sus herramientas: un guion rocambolesco, actuaciones empáticas y planos extendidos del pueblo Missouri que, pronto, acercan la cámara a sus protagonistas, cuando segundos antes te carcajeabas con ellos.

Así, con tres anuncios insertados en la carretera, Mildred Hayes (Frances McDormand) exige justicia a la policía local, tras la violación y asesinato de su hija. Su actuación es de Valentía para ponerse al tú por tú con William Willoughby, el Cínico Jefe de la Policía (Woody Harrelson) y su compañero Dixon (Sam Rockwell), el Policía Tonto. Todo esto en apariencia, ya que serán elementos tan importantes como el country de música de fondo y las risas con lágrimas impregnadas de humor negro.

Lady Bird

Así que convives con tu mejor amigo, te enamoras de ese chico/chica y piensas cuándo será el momento para que "tu primera vez sea especial". Así podría ser la adolescencia. Ahora se introduce la realidad, el día a día se determina por la situación económica de tus padres, los preferidos para discutir. Los rechazas y al mismo tiempo buscas su aprobación. Esperas que todo cambie, saldrás de ese ambiente y tu vida será diferente, no como la de tu familia, no.

Así es Lady Bird, el largometraje escrito y dirigido por Greta Gerwig. Algo que podría sonar tan poco original, dramático superficialmente y vacío en todos los sentidos, es todo lo contrario. Como un retrato nostálgico, las esperanzas de una idea y el temor a la soledad confluyen para mostrar que todo eso que está tan claro nunca se conocerá hasta que se viva. Saoirse Ronan, la protagonista, refleja ternura, enojo e inseguridad, por dentro y por fuera. Y qué bueno que así sea, porque Lady Bird es una introspección inolvidable.

The Square

Si me he llevado no sé cuántos minutos en pensar cómo hablar de The Square, es porque no sé ni por dónde. No es sólo una película sobre arte contemporáneo. De hecho sería el pretexto, con el detonante de un asalto en la calle tan inofensivo como incluso ya común. Desde ahí, hay críticas sociales y chistes por doquier. Una, la indiferencia con la que cientos de personas caminamos todos los días frente a los indigentes. Junto a ella, la burla a los indigentes que protestan por lo que se les da.

La Obra del sueco Ruben Östlund también aprovecha para reírse de los millenials que presumen la creatividad que no tienen, cuestiona a los periodistas que, frente a un momento de crisis, brillan por idear la próxima pregunta para arrinconar al personaje polémico, aún cuando ya respondió lo que se le preguntó. Christian (Claes Bang) es quien asume su papel de curador de museo para, ante todo esto, llegar al sexo cómo única respuesta frente al caos, además de cuidar a sus dos hijas, cuando puede. Porque Christian no sólo es el curador de museo, es el padre de familia, el hombre al que roban el teléfono y debe buscarlo, ya que si algo insinúa The Square es que siempre hay algo detrás y nunca saber todo. O básicamente, no se puede ser un hombre con una masculinidad implacable, sin dudas ni errores.