Jay Gatsby es un personaje que seduce y extraña, alrededor de fiestas, elegancia y un pasado a cuestas
¿De qué va?
Esta es la historia del millonario hecho a sí mismo, Jay Gatsby,
a quien sólo le mueve una obsesión: recuperar un amor de juventud. Pero
Daisy es hoy una muchacha que forma parte de una sociedad frívola y
aburrida de sí misma, una criatura encantadora y también dañina. Un
magnífico retrato de heroicidad en un mundo decadente.
Opinión:
El Gran Gatsby
es una novela donde el amor y la frivolidad encuentran su camino en una expresión honesta. El protagonista, Jay Gatsby, se presenta de modo inmejorable: inquieta, seduce y extraña. Es ahí donde reside la
maestría de este clásico literario, en contar con un protagonista complejo que nunca se termina por entender. El lector, claro está.
Porque
los demás seres alrededor de este mundo de fiestas y glamour, creen saber quién es Gatsby. Suponen, inventan y crean una idea de alguien que
es un enigma, quien buscó con tenacidad conseguir
lo que quería, el amor de una chica. Aunque esto lo llevara al pasado. Todo lo conocemos a partir
de la figura de Gatsby.
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F. Scott Fitzgerald |
Aunque la historia tiene un inicio lento e incluso, tedioso. Más aún si se ha visto, en otras obras, la atmósfera recreada de una sociedad rica. Los ambientes de la novela, publicada en 1925, no distan mucho de los que se puedan encontrar en la actualidad con el estilo de vida de los millonarios. Predomina el lujo y la imagen, por encima de un aporte útil a la sociedad, con los recursos económicos que poseen. En una palabra, lo que se conoce como superficial (y estúpido). Vale recordar que se pueden leer historias semejantes y disfrutarlas encantado, con mucho humor, como las comedias de Wodehouse. Pero claro, el propósito es distinto.
Fitzgerald, quien se movía entre la admiración y el desprecio a esta sociedad, retrata estas fiestas ostentosas de increíble manera. Viven seres salidos de Hollywood y personas de clase alta, con la peor presunción imaginable. Se siente cómo se mueven, lo que murmuran, lo que planean. Aunque este trazo literario pueda ser incómodo, no podía ser de otra manera. Al final, esos seres existen y no son ficticios.
El Gran Gatsby es una historia que refleja un mundo interior y exterior de un millonario y su mundo, donde casi siempre permanece lo visible. Entrar a su mente, a lo que piensa y siente, es descubrir que aún con un entorno hostil, concentrado en la apariencia y alejado del ser, se podrá salir y rebelarse a ello, en una lucha entre el cariño y la pretensión.