El lenguaje coloquial que parece una historia real. Son los cuentos de El rey criollo, de Parménides García Saldaña
¿De qué va?
El rey criollo es el primer libro que escribió Parménides y
consta de once relatos muy bien armados, en orden ascendiente en cuanto a
la edad de los protagonistas y en cuanto a la intensidad y complejidad
de los textos.
Las historias se narran con limpieza, sin excesos, en
orden lineal salvo algunos flashbacks, y no pretenden impactar,
deslumbrar o iluminar. Sus finales, más bien ambigüos, muestran que, más
que la historia en sí o el trazo psicológico de personajes, a
Parménides le interesaba crear atmósferas y, a través de la sucesión de
textos, sugerir un tema central: la fijación de imágenes de distintos y
desoladores abismos de la búsqueda, frustrada y frustrante, del amor
como meta inmediata en la vida juvenil.
José Agustín
Opinión:
Este libro lo chequé cuando tenía 16 años, casi la edad de los protagonistas. Sólo leí algunos cuentos. Me sorprendió y agradó el tono de la escritura. Por primera vez, estaba ante el lenguaje coloquial hecho relato, o más bien parecía leer una crónica. Pero dudaba de esa narrativa. Me gustaba, aunque la veía repetitiva, con sus tópicos de amor, sexo y drogas. Vivan los 60's, que a veces parecen un ideal que no ha muerto. Sentía que no había una perspectiva propia de retratar la realidad.
Un par de años después y con más lecturas, regreso a Parménides y admiro que esa forma sencilla e irreverente de narrar, es única. Es cierto que al leer sus relatos, junto a los de José Agustín, se pueda sentir como en el mismo lado, incluso con personajes y situaciones muy parecidas -los dos representantes de la llamada "Literatura de la onda". Pueden parecer que estamos a unos gemelos, pero nada más equivocado, en todo caso hermanos.
 |
Parménides García Saldaña. Vía resonanciamagazine.com |
Si algo caracterizó a Parménides García Saldaña, es el dramatismo creado a partir de una situación sencilla e insignificante. Pero también el dibujo de un personaje desde su forma de hablar y lo que dice con ella, no sólo como recurso narrativo. También destaca el romanticismo de los protagonistas que se antepone al erotismo que promueven otros personajes de estas historias. Todo esto aparece en los cuentos "Goodbye, Belinda", "No te adornes, no te adornes" y "El encuentro", los tres los que más me agradaron.
Si por algo puede demeritarse la "Literatura de la onda", es precisamente porque habla de situaciones juveniles, que para cierto lector carecerían de trascendencia o profundidad. Sin embargo, en El rey criollo también conviven relatos más "serios" o con temática más "adulta, con personajes maduros que no tienen nada que pedirle a cualquier otro cuento de este tipo. Prueba de ello es "Un día triste, triste" y "Una actitud sincera".
Considero útil mencionar la opinión hecha cuando se habla de Parménides García Saldaña. Sus amigos (Gerardo de la Torre y José Agustín) dicen que estaba loco, que era romántico y que vivía intensamente a través de las drogas. Cuentan que se metía LSD. Creo que eso se siente en su literatura. En sus historias, se navega por cada una de estas descripciones, lo cual le da veracidad a sus amigos. O quizá uno esté predispuesto por creer cómo dicen que era. Lo interesa será leer esa novela llamada Pasto verde, donde ficcionaliza a sus amigos, y ahí dictaminar quién es el verdadero rey.