Argumento:
Aunque su vida se
desintegra paulatinamente ante sus ojos -ha fracasado como profesor y
como padre, amén de ser abandonado por su mujer en favor de su mejor
amigo-, Herzog se ve a sí mismo como un sobreviviente, tanto frente a
sus desastres domésticos como al pasar de los años. Ocupa su tiempo
escribiendo cartas que nunca serán enviadas, a amigos y enemigos, a
colegas y a gente famosa, revelando con ironía sus percepciones del
mundo que lo rodea, así como los secretos más profundos de su alma.
Opinión:
Saul Bellow escribe Herzog de
una forma especial. No sólo hay una historia que cuenta (La del hombre Herzog que ve cómo su vida se derrumba al fracasar como
profesor y ser abandonado por su mujer, mientras escribe cartas que nunca serán
enviadas, mostrando su visión del mundo), también habla del “hombre culto” que
cada vez tiene más conocimientos pero es un inútil en la vida cotidiana; hasta
dónde puede llegar en la soledad; del sentirse frustrado y saber si eso está
bien o mal.
Lo anterior se adereza con ideas sobre lo que somos como personas y
nuestra existencia. Ideas que nunca suenan pretenciosas, sino llamativas por su
perspectiva. Además de ambientarse en una reconocible vida común. Todo es
creíble. El mundo en que nos sumergimos es en el de un perdedor al que no le
salen las cosas.
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Saul Bellow |
Sin embargo, algo que podría debilitar la novela es que Saul Bellow está
lejos de todo lo entendido como «brevedad». Algunos escritores llegan a
comentar que la “novela” es el medio donde puedes hacer lo que quieras:
escribir lo que desees. Es libertad. No hay duda que pueda ser así, pero quizá
debería ir en función de la historia. Lo que tiene que decir ésta. No en el
sentido de todo lo que se pueda ocurrir para contarlo. El objetivo es juntar
páginas. En ese sentido, da la sensación que algunas partes de la novela
pudieron suprimirse. Pese a ello, Saul Bellow interesa porque tiene algo qué
expresar, más allá de narrar una historia —que también lo sabe hacer.