¿De qué va?
Esta colección contiene
17 cuentos publicados por Juan Rulfo a partir de 1945, cuando aparece
"Nos han dado la tierra" en las revistas América y Pan. Rulfo comenta
los relatos que sigue escribiendo en cartas a su novia Clara Aparicio.
En 1951 se publica el séptimo en América, "Diles que no me maten" (Elías
Canetti lo consideraba uno de los mejores de la literatura universal y
Günter Grass es otro admirador del mismo). Gracias a la primera beca que
recibe del Centro Mexicano de Escritores puede terminar los ocho que
aparecerán con los previos en 1953, en el libro titulado —por otro
cuento— El llano en llamas, dedicado a Clara. Dos relatos más,
aparecidos en revistas en 1955, serán incluidos en 1970. Sus cuentos
fueron considerados por Rulfo como su aproximación a Pedro Páramo, en
particular "Luvina". Enrique Vila Matas dice de éste que es "el mejor
relato que he leído en mi vida".
Opinión:
Probablemente
haya leído algo —de manera literaria— sobre la gente marginal del
campo, tanto campesinos como habitantes: de las preocupaciones y lo que
los motiva, etc. Pero creo que nunca de la forma como lo hizo Juan
Rulfo.
Si bien en este tipo de narraciones se comparte en sus personajes
ese tono caído, cansado, de decepción que podría ejemplificar a este
sector de la población, Rulfo tiene algo especial en su narrativa que le
da el carácter de diferente y única. Sumándole también la capacidad
para crear ambientes y producir sensaciones leyendo. Él, en su
escritura, no solo hacía mano del sentido de la vista, del crear
imágenes —algo base en la literatura— sino que también utilizó otros
sentidos, como lo que sientes al tocar algo, lo que escuchas, etc.(Esto
no lo hace cualquier escritor, quizá por lo mismo de que no es tan
sencillo de describir).
De los textos, los que más me gustaron
fueron "Nos han dado la tierra", "En la madrugada", "Macario", "La noche
que lo dejaron solo", "Paso del Norte" y "Anacleto Morones".