Argumento:
Poirot y Hastings asisten a un espectáculo en el que Carlotta Adams
realiza una perfecta imitación de personahes célebres, entre los que se
destaca la famosa actriz de cine Jane Wilkinson. Casualmente se
encuentran todos después en una fiesta y la famosa actriz pida a Poirot
que la ayude a obtener el divorcio de su marido, lord Edgware. La
gestión resulta innecesaria porque, a los pocos días, lord Edgware
aparece asesinado con un estilete clavado en la nuca. Nuevas muertes
dificultan la investigación. Existen varios sospechosos..., pero todos
tienen una coartada perfecta.
Opinión:
Agradable,
muy agradable novela de Agatha Christie. Está ambientada en el siglo
XIX, en Inglaterra: lords, ladies, mayordomos y toda esa fauna frívola
tan especial. Comento esto porque la sentí semejante a leer a Wodehouse,
claro que el segundo centrado plenamente en el humor y Christie de
manera policiaca-suspenso, aún así también hay humor. La historia está
perfectamente trabajada, pues de las tantas tramas(similitud con
Wodehouse) consigue engañarte: aparece el supuesto asesino, pero no, ése
no es, es éste, segurísimo. Resulta que tampoco y al final remata con
La Gran Broma, que es como le llamo al desenlace. Incluso Agatha
Christhie se mofa de las mismas novelas policiacas: el cómo el lector de
este tipo de libros ya cree tener la respuesta a todo cuando el
escritor le presenta las situaciones. Hay varios guiños hacia la
literatura en sí y el acto de escribir.
Comentar a los
protagonistas: Hercules Poirot, el tradicional anti-héroe que se
caracteriza por algo y siempre tiene una actitud diferente: el punto de
vista especial y refinado. No dejar fuera a Hastings, ese compañero con
una "inteligencia normal o promedio", en donde las burlas de Poirot por
esto hacia Hastings van al por mayor. Esto gracias al humor chispeante,
que hace ver al compañero como un cabeza de chorlito, muy wodehousiano.
¿Otras similitudes más? Jeeves, el inteligente- Poirot, Bertie, el
tonto-Hastings.
No sé si exagere en los ciertos parentezcos, al
menos me recordó algo. Claro que es hacer de menos el genio
desternillante de Wodehouse, al igual que la brillante expectación en
que te deja Agatha Christie. No tiene pierde leerla.