¿De qué va?
En la quieta campiña cercana a Helsinki, una viejecita riega su arriate, las golondrinas gorjean y el gato dormita. Pero el idilio es aparente: la vida de Linnea Ravaska, octogenaria viuda, es emponzoñada por unos malhechores que cada mes le arrebatan su pensión. El desnaturalizado nieto Kauko y sus acólitos destrozan todo lo que encuentran a su paso, torturan al gato, golpean por puro placer, sin que ella ose rebelarse, hasta el día en que decide no soportarlo más, llama a la policía y huye a Helsinki.
Opinión:
En este libro —no sé si en los demás sea así— Arto Paasilina despliega una escritura valiéndose de elementos como la ternura, el respeto hacia la gente mayor y la buena voluntad como ser humano que se supone somos. No por ello es una escritura inocente, al contrario: muy real e incluso cruda, cruda, cruda. Esto gracias a esos tres chicos terribles que me recordaron bastante a los personajes de la película Naranja Mecánica: tipos sin nada que hacer, deshumanizados y bastante locos.
Ya que hablo de la escritura, decir del narrador: tercera persona compuesta de frases cortas y breves. Uno está muy a gusto leyendo y para nada es hartante ni irreal como a veces llega a ser esta forma de expresión(que el narrador se deja llevar, sabe TODO lo que ocurre y, curiosamente, ni siquiera participa en ello; algo absurdo).
Y sí, un humor único el de Paasilina; por ahí negro, a veces sin sentido, ingenioso e inocente. Aunque son pocas las partes graciosas o que pueden dar risa. No es un libro malo, está bien, pero no es algo que me cambie la vida o me haya aportado cosas nuevas: solo las refuerza.