Argumento:
“La ciencia ficción” dice Bradbury, es una herramienta; uno simula estar
en el futuro pero en realidad piensa en el presente. De esta forma, la
gente se interesa más y repara en ciertos hechos de la vida cotidiana
que de otra forma negaría.
A lo largo del tiempo, el género,
simbiosis de conocimiento y extrañamiento, ha ido adoptando diversas
formas debido a la concepción histórica de la ciencia y a la relación
entre autores, editores y aficionados.
Arthur Clarke, Ray
Bradbury, Theodore Sturgeon, dibujan en esta antología una perspectiva
de la ciencia ficción que luego Cordwainer Smith, James Ballard, Brian
Aldiss y Philip Dick redimensionarán desde otra interpretación del
mundo. Las voces de R.A.Laffery y Ursula Le Guin se suman, desde la
parodia y lo maravilloso, mostrando otra faceta del género, que en
Argentina, adquiere modulaciones propias, como en la escritura de
Angelica Gorodischer.
Opinión:
Por
alguna razón, la ciencia ficción se me hacía un tanto complicada,
principalmente el entrar a su mundo(No es como cualquier otro tipo de
literatura). Por tanto, la veía aburrida. No había leído lo suficiente
de ella, supongo. Pues la ciencia ficción, como dice Bradbury —una de
las mejores observaciones que he leído—, está aquí cerca, con nosotros,
aunque parezca que se va a otro mundo totalmente ficticio a imaginar y
fantasear de lo lindo—que también ocurre— pero todo lo que se explaya y
expone se hace desde aquí, desde la vida, partiendo de la realidad y de
nuevo yendo hacia ella pero en un sentido metafórico. Por eso me gusta
el género fantástico, porque se puede inventar todo un mundo, metiendo
tus intereses e inquietudes pero sobretodo dándole libertad a que fluya
la creatividad e imaginación sin importar las convenciones o lo
establecido. Y a veces, el significado oculto de esa obra incongruente,
complicada o "rara" que estás leyendo está definida totalmente en lo
que se piensa y se es.
De esta antología, me llevo en la lista a
algunos escritores interesantes que no conocía. Tal es el caso de
Theodore Sturgeon(«Y ahora las noticias...»), con una atractiva forma de
narrar lo que le pasa a un hombre obsesionado con ver las noticias:
inquietante y desesperada. Equilibrio excelente de realidad pero con ese
toque creativo tan ameno; J.G. Ballard(«Bilenio»), con una efectiva
manera de introducirte al mundo globalizado compuesto de edificios
altos, tráfico por las calles y repleto de personas por todos lados
donde el espacio para vivir es lo más importante; P.K.Dick(«Más allá
yace el wub»), con una solidaria, imaginativa pero sobretodo creíble
historia sobre un cochino que será asesinado para después comerse. Solo
que hay un problema: el cochino habla. Y Raphael A. Lafferty(«Terror de
siete días»), presentándose con imaginación tierna e increíble sobre las
cosas que ya no quisiéramos ver, que desaparecieran para siempre y las
consecuencias que traería que no esté una u otra cosa donde debería ir.