Argumento:
Tiene cuarenta y ocho años y es un antihéroe muy contemporáneo, un
perdedor tranquilo que ha perdido el gusto por las relaciones humanas,
con setenta y cuatro amigos en Facebook y nadie con quien hablar:
Maxwell Sim. Caroline, su esposa, lo ha dejado hace seis meses y se ha
llevado a su hija con ella. Y un día Maxwell tiene una oscura
iluminación: está terrible, absolutamente solo. En un intento por salir
de su depresión, acepta un raro trabajo: llevar a las islas Shetland la
buena nueva de unos cepillos de dientes revolucionarios. Pero el viaje
de Max será un sinuoso camino de reencuentros y de inesperados
descubrimientos, con la aparición de cartas, diarios y manuscritos que
reescribirán su propia vida.
Opinión:
Una novela en la que la marginalidad es el tema central. Es
más una crítica a la incapacidad de las personas para relacionarse con
otras cuando supuestamente —hace mucho enfásis en esto— ahora con el
avance de la tecnología (celulares, internet, redes sociales, etc.) es
más fácil la comunicación pero precisamente esto es lo que más afecta a
las relaciones sociales pues nunca estás con la persona platicando ahí a
tu lado, no es algo presencial.
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Jonathan Coe |
Sin duda Jonathan Coe no vaciló en que el protagonista pareciera un auténtico perdedor. Hay varios momentos cómicos, buena parte por el modo en que está narrado el libro. Me recordó mucho al personaje "Rajesh Koothrappali"(el indú) de The Big Bang Theory, que al igual que este se presenta con la frase en alto de "Estoy completamente solo... pero bueno, mejor me río de mi soledad". En algunos de estos "momentos cómicos" no sabía si reírme sobre este Maxwell Sim tan solitario o compadecerme de su cruel realidad en la que reflexionas y es triste, pues está terriblemente solo sin nadie que en verdad lo quiera, así tal cual.
Tiene un final muy particular, que al leerlo no paraba de pensar sobre eso que estaba leyendo. Es muy bueno, inesperado. Y creo que sí influye mucho en la valoración del libro.