Durante la entrevista, parecía que Carlos Marín explotaría en cualquier momento. Lo hizo, pero sin reflejarse en su cuerpo. Como supuesto moderador, no hizo más que ejercer su autoridad e interrumpir a López Obrador para, según, dar la palabra a uno de los cinco periodistas.

Junto a una prepotencia inquietante, con sesgos muy marcados, los entrevistadores lo acompañaron. Sólo que con educación. Pero el objetivo de la entrevista era claro, que AMLO se pronunciara puntualmente sobre ciertos temas. Reformas estructurales, seguridad, educación y combate a la corrupción.

Pero sobretodo, mostrar la nula viabilidad de sus propuestas. Más que reflejarlo, fue un espacio para que explicara cómo las realizaría. Y en vez de perjudicarlo, lo favoreció, ya que siempre se le reprocha el no dar los “cómos”.

Reformas estructurales y la consulta ciudadana

¿Echaría para atrás la reforma energética?, preguntó Héctor Aguilar Camín. El candidato de Morena respondió que se revisarían los 91 contratos, “lo que le convenga a la nación se aprueba”, explicaba.

¿Qué hacer con la reforma educativa?, siguió Carlos Marín. “Vamos a cancelar la mal llamada reforma educativa”, responde, junto a la propuesta de que se hará un plan educativo en conjunción con maestros y padres de familia. 

Su argumento para cancelarla: “Cuando uno revisa lo que se aprobó, no hay programas para mejorar la calidad de la enseñanza, tiene que ver más con la relación de la Secretaría de Educación Pública o del gobierno con los maestros”.

Entonces Carlos Puig intuye que la idea de AMLO es mandar dos iniciativas al Congreso para cancelar las reformas. Se buscarán consensos, dice, “en la sociedad y en el Congreso”. A través de la consulta ciudadana. 

Ya hay una representación en el Congreso, argumentaban, y López Obrador respondió que hay dos tipos de democracia, “la democracia representativa, la del Congreso, y debe existir la democracia participativa. No es que la democracia se termina en una elección, y ya se eligieron a los diputados y senadores, incluso al presidente”. 

La consulta ciudadana es plantear la política de forma binaria, dijo Jesús Silva Herzog Márquez, en el Congreso se puede decir esto sí y esto no. Su pregunta: ¿cree es una manera sensata de procesar el conflicto político mexicano?

“Son instancias, primero hay que ganarse a los ciudadanos debatiendo e informando, que todos los que están a favor, los que están en contra, se expresen (...), lo que no ha existido en el país”.

Seguridad

A qué se compromete en el tema de incidencia delictiva y si cambiará la estrategia de seguridad, preguntó Azucena Uresti.

“De 30 a 50 por ciento vamos a bajar la incidencia delictiva... Yo fui jefe de Gobierno de esta ciudad y reduje la incidencia delictiva en 30 por ciento de delitos que se denuncian. Puedo probarlo, por ejemplo, homicidios, robo de vehículos”. 

Del cambio de la estrategia de seguridad, dijo “...es una estrategia fallida, no se puede enfrentar la violencia con la violencia, hay que atender las causas”.

“Pero eso lleva tiempo”, replicó Azucena Uresti. 

“Sí, pero hay que hacerlo, siempre se dice lo mismo, como toma tiempo no se inicia, tenemos que ya, atender a los jovenes, que se les ha dado la espalda”. 

Educación para jóvenes

 ¿Cómo no habrá rechazados en las universidades?, preguntó Silva Herzog Márquez. ¿Habrá un acuerdo con las universidades para aceptarlos? Son autónomas, argumentó, y no tienen por qué oir al gobierno federal. 

“Y por qué el rector de la UNAM o el director del Politécnico no estarían dispuestos a escuchar un planteamiento del Presidente de la República, en el sentido de que sin violar la autonomía de la UNAM se pudiesen recibir a más estudiantes, de acuerdo a la normatividad de la UNAM, esto tiene que ver con mayor presupuesto, tiene que ver con la oferta del gobierno federal”. 

La casa como espacio íntimo que se abre para ser público, es la propuesta de Los presidenciables, programa de TV Azteca. Javier Alatorre toma su papel de invitado que se infiltra en cada parte de la casa de los candidatos presidenciales. Es la forma más amable de describirlo. Al menos en el episodio de AMLO, de pronto empieza a agarrar todo lo que encuentra por la casa. 

Fuera de este detalle, el programa sorprende desde algo aparentemente insignificante, como recorrer una casa. No lo es de un personaje público, menos de quien pretende ser presidente del país. Si se omite cómo Javier Alatorre llega a la casa de AMLO, con un humor involuntario fenomenal, resulta oportuno para conocer de cerca al candidato tabasqueño. 

El programa de poco más de 50 minutos sirve para descubrir la casa donde vive López Obrador. De 150 metros, precisa. Y eso se deja ver con las compactas habitaciones personales, así como salas de estudio.

Con anécdotas, comparte que sólo tiene 8 trajes y a veces usa los mismos, que conoció a su esposa Beatriz Muller cuando ella era periodista, o que su hijo pequeño Jesús asiste a una escuela activa, donde los niños deciden los temas a tratar. 

De vuelta para subir al personaje, Alatorre cuestiona sobre temas como la riqueza y la Constitución moral.

“No todo el que tiene fortuna es malvado", dice sobre la riqueza. "Tengo amigos ricos con los que me llevo bien. No los aborrezco. No genero odio”. Desde ahí, apunta que la causa de la desigualdad podría ser por la explotación del empresario al obrero, pero no es lo principal. Lo más importante, subraya, es la corrupción.

Sobre la Constitución moral, dice que no es conservador y tampoco le preocupa mucho que le digan lo es. Entonces aprovecha para decir que difiere de pensamientos de izquierda. Como hacer a un lado la familia en pro del colectivo. Primero está la familia, insiste, en su expresión más amplia. Como si detrás escuchara las palabras “aborto” o “matrimonios entre personas del mismo sexo”. 

Aunque el enfoque del programa es ligero, algunas de las preguntas de Javier Alatorre, bajita la mano, dejan ver aspectos por lo que siempre ha sido cuestionado, como que es conservador y no de izquierda. Sobre la austeridad que proclama, lo deja en claro con sólo mostrar su casa. Obvio no es José Mújica, pero tampoco Enrique Peña Nieto.

La entrevista que le hizo Televisa tiene un tono y planteamiento distinto a lo hecho en MILENIO. Y quizá por esta razón, se decía que Televisa estaba del lado de ya sabemos quién, con el hashtag #TelevisaApapachaAMLO. 

En la empresa de San Ángel se enfocaron en que López Obrador explicara lo que representa ante sus adversarios, las propuestas y personajes polémicos con los que se ha aliado, y lo que realizaría de ser presidente. Tuvo mayor equilibrio, porque los panelistas se mostraron más libres al hacer sus preguntas, sin una orden explicita como los de MILENIO.

Las alianzas y personajes polémicos

¿Cree que Elba Esther Gordillo es una mujer corrupta?, preguntó Carlos Loret de Mola. “Sí”, y explicó que si el yerno y nieto apoyan a Morena, es porque “así hay mucha gente que nos está ayudando”.

Estos mismos personajes polémicos, continuó Loret de Mola, ¿en lugar de combatir la corrupción, la motivarán? “Vamos a desterrar la corrupción del país. No voy a permitir la corrupción de nadie (...) Por cercano (que sea), mi familia, mis hijos, a nadie. Yo voy a leer la cartilla con toda claridad antes de tomar posesión a todos los funcionarios, que nadie se equivoque. O sea, no vamos a fallar”.

“Yo quiero lograr junto con el apoyo de los mexicanos la transformación del país, quiero ver hacia adelante. No me quiero anclar en la persecución política”, detalla para aclarar que las demandas que estén en curso continuarán, y no dará instrucciones para detener un proceso legal. 

Si AMLO gana la Presidencia

Raymundo Riva Palacio recordó que AMLO ha planteado, de ganar la Presidencia, la reconciliación entre quienes no simpatizan con él. Cómo reconstruiría el tejido social de una sociedad polarizada durante mucho tiempo, preguntó. 

“Hay quienes no quieren dejar de robar en el país, ese es el problema de fondo, no tienen llenadera. Pero hay muchos, muchos empresarios, yo diría la mayoría del pueblo de México que está harta de la corrupción (...) En eso vamos a tener coincidencia. Y yo voy a llamar al pueblo, a que cuidemos de que nadie se robe el dinero del presupuesto”.

De llegar a la presidencia, aseguró que habría precios de garantía, a pregunta expresa de Carlos Loret de Mola. “A maíz, a frijol, arroz”, precisó. “Vamos a dejar de comprar en el extranjero en la medida de lo posible lo que consumimos. Es una vergüenza que el maíz sea originario de México y que ahora México sea el país del mundo que más maíz compra al extranjero", concluía el candidato presidencial de Morena.