¿Por qué no hay series de comedia en la televisión mexicana, y si las hay son tan malas? 'Se Busca Comediante' podría cambiar esto.
El humor en la televisión mexicana siempre ha sido una cosa extraña, al carecer tanto de comediantes como de programas de comedia. Cuando se han presentado éstos, el resultado es la repetición de las mismas series que combinan “chistes” de abierta misoginia y homofobia, producidas en su mayoría por Televisa. Por fortuna o desgracia, ha llegado un canal estadunidense especializado en el género (Comedy Central) para intentar cambiarlo.
Se Busca Comediante, su producto-reality show mexicano.
Con la reciente inclusión de “Noche de Buenas”, barra programática de Televisa transmitida por su canal principal “Las Estrellas”, no sólo se desafía a los espectadores para creer que lo presentado hace reír -con risas grabadas prescindibles en este momento de la televisión, si no se es una comedia con pocos escenarios, constantes chistes y mucho éxito, como The Big Bang Theory-, sino que además ninguna serie aporta algo al género para capturar a los televidentes, incluso para engancharlos con futuras temporadas.
De las cinco series que conforman la barra de comedia, sólo dos son nuevas producciones (Mita y mita, y Renta congelada), mientras que las tres restantes estrenan temporada (Vecinos, 40 y 20 y Nosotros los guapos). El caso más llamativo es el de Vecinos, al presentar nuevos capítulos después de 10 años de su última temporada.
En un aire de
Arrested Development -valgan las distancias de la producción disparatada que Netflix regresó el año pasado-, al saberse una de las mejores
sitcoms hechas en el país, por tropicalizar el género con personajes estereotipados con gracia, intentó en este regreso adaptarse a los cambios tecnológicos que han ocurrido. Lo hace con algunas fallas en su verosimilitud pero sin perder su estilo de comedia y el ritmo de sus chistes, pese a contar con ausencias en su elenco principal. Lo más preocupante es que en los 10 años no apareciera ninguna otra comedia que igualara lo hecho, además de que
Vecinos se basa en la serie española
Aquí no hay quien viva.
Por su parte, Mita y Mita, protagonizada por Martín Altomaro y Magali Boysselle, narra la historia de una pareja de esposos que se odian y se divorciarán cuando de pronto él se gana la lotería pero tendrá, por ley, que compartir la fortuna con su aún esposa, como él no quiere eso, tendrá que reconquistar a su esposa para evitar que el divorcio lo obligue a compartir su fortuna. Desconozco si esta ley exista y se aplique en México, pero en su primer capítulo, nunca supe en dónde radicaba lo gracioso, con acciones tan predecibles que producen cualquier cosa menos continuar con la historia.
Las otras tres series poseen una increíble violencia verbal y hasta física que no puede ser tomada como algo chistoso. Sus ofensas nunca tienen algo ocurrente que desnude o demuestre la ineptitud o desgracia de los personajes, sino es el ataque por ser diferente al otro, seas ‘nerd’ o ‘vegano’ (Renta congelada), si eres sirvienta o la madre que se divorció (40 y 20), o si eres 'naco', moreno y tu vida se ambienta en los sectores populares de la sociedad (Nosotros los guapos).
Ver cualquiera de estas ficciones televisivas es plantearse si existe la comedia en la televisión mexicana o en qué momento los creadores de estas obras creyeron que escribían algo con lo que no dejaban de reír y provocarían lo mismo en los demás. El mundo cambia cuando se ve algo como Se Busca Comediante, reality show de Comedy Central y radiografía social del humor mexicano, a bordo de una camioneta con Mauricio Barrientos “El Diablito”, las standuperas Manunna y Alexis de Anda, así como el youtuber Berth Oh, quienes visitan sectores clave del país, como Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México, Veracruz y Mérida para saber de qué se ríen.
Así, recorren las ciudades para invitar a la gente a los castings, donde aparecen múltiples estilos de hacer comedia, desde el tradicional cuenta chistes, el creciente stand-up, hasta el humor mudo, absurdo y la comedia musical, para seleccionar a los participantes según qué tanto representa el lugar, así como sostener una variedad temática.
No se puede dejar de lado que en este viaje también se manifiesta el machismo y homofobia imperante en casi todas las ciudades, aunque principalmente en Monterrey, donde Alexis de Anda y Manunna se oponen y muestran su rechazo desde la crítica, compartida por Mauricio Barrientos “El Diablito” y Berth Oh, aunque poco después éstos últimos terminan con una extraña aceptación, al argumentar que si eso representa al lugar, lo deben elegir.
El programa aprovecha su formato de reality show para dar una lección de comedia desde sus propios protagonistas, a través de la creación de situaciones y la exageración de sus personajes, quienes ofrecen escenas únicas e hilarantes en cada uno de sus 11 capítulos de la primera temporada.
Se Busca Comediante concluye con un show donde los finalistas de cada ciudad muestran sus presentaciones ante público en vivo y los conductores-jurados, quienes eligen a los ganadores y dejan abierta una segunda temporada, la cual sin saber en qué se traducirá, debería reflejarse en cualquier formato televisivo del género, ya que si se hacen cosas como las de Televisa sin verdaderos comediantes, se pierde una oportunidad de retratar la sociedad desde una perspectiva original y graciosa con los que sí lo son.
Nadie pide comedias ingeniosas de observación social como Curb your enthusiasm de Larry David o Master of None de Aziz Ansari, pero si se han hecho cosas como La Familia Peluche –cómica antes de hartar como ahora producto de sus repeticiones-, el humor blanco e involuntario de Papá Soltero y el experimento insólito de humor absurdo y nunca repetido de Canal Once titulado Fonda Susilla, demuestran que, en algún momento fue posible hacer series mexicanas de humor. ¿Por qué con todas las situaciones sociales y apertura de plataformas de contenido ahora no se podría hacer ni una sola? Comediantes mexicanos, hay. Productores valientes que apuesten por la risa como modelo de negocio, quién sabe.