El youtuber Luisito Comunica se muestra tan persona común en sus videos sobre Venezuela que, quizá no lo sea tanto.
¿Cómo no creerle a una persona que te dice que está harta de lo que muestran los medios tradicionales y además de dudar de su veracidad, quiere comprobar por sí mismo un hecho exagerado por esos medios? Luce espectacular, ¿no? Como si lo pensara uno mismo. Uno puede darse el lujo de identificarse con eso, aunque quizá ese es el objetivo.
Lo anterior lo hace en estos días "Luisito Comunica", youtuber que viajó a Venezuela durante esta semana. Precisamente cuando se realiza, en Cancún, la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde Estados Unidos, Canadá, México, Panamá y Perú planean llevar a cabo su política intervencionista en el país sudamericano. Sobra decir quién comanda a estos países.
Lo que derramó el vaso en la travesía de “Luisito”, fue el video donde relata cómo lo asaltaron un par de venezolanos en el Centro de Caracas. Cuenta que el hecho acaba de suceder unos minutos antes y aún no lo digiere, pero quiere contarlo de inmediato a través de su cámara, la cual no le robaron y siempre cargó pese a las advertencias, señala, que le hacía la gente para guardarla.
No sé qué tan adecuado sea creerle como no creerle. Al final, lo único que hace es contar con palabras una situación que uno imagina y quizá la crea. Dicho sea de paso, su relato abunda por un entusiasmo y casi excitación por haber sido asaltado en Venezuela que, en algún momento, ya resulta desesperante y hasta inverosímil.
Pero quizá eso no sea lo más preocupante, sino que “Luisito” habla con un lenguaje tan honesto, directo y cercano que puede llegar a ser convincente, incluso lejos de todo cuestionamiento. No genera un efecto hipnotizante pero sus videos llaman la atención (más si siempre son "Tendencia" en YouTube y aparecen por default en la página de portada).
Su contenido atrae porque enfoca desde otro punto situaciones comunes y otras no tanto. Es original e irreverente y así se aleja de los videoblogs repetitivos y sin nada importante qué decir hechos por la mayoría de sus compañeros youtubers. Aunque se acerca a cierto tipo de periodismo, como las creaciones de Vice o la revista colombiana Soho, experimentos más arriesgados, ingeniosos y confiables, porque al menos hay una intención declarada por hacer periodismo.
Yo no sé exactamente qué hace “Luisito Comunica”. Sí, graba videos de sus viajes y experiencias por el mundo. Pero, ¿cuáles son sus herramientas? ¿Su observación, su sinceridad, un gran lente y manejo de la cámara? ¿O sólo su cercanía de persona común?
Porque hasta ahora suma 6 millones 228,768 de suscriptores en YouTube y así como que sea el sujeto más normal para encontrártelo en la calle, por más que él mismo insista en presentarse así, pues no.
Y no lo hemos traducido al salario que debe ganar y lo imposibilita ser una persona como cualquier otra. Ahora, ¿cuáles son sus objetivos? ¿Mostrarnos el turismo curioso que realiza por el mundo, reflejar ciertas realidades, sus condiciones políticas y sociales?
No digo que “Luisito Comunica” se proclame periodista o anuncie que hace periodismo (en realidad en las dos sería deficiente), pero lo cierto es que en la práctica, al menos con lo hecho actualmente en Venezuela, va más allá de lo que inofensivamente muestra.
En sus dos videos hasta ahora, "LLEGANDO A VENEZUELA. ¿Realmente está como dicen?" y el último, "Así me asaltaron en Venezuela…", que obvio están para darle clic, no se cansa en repetir que muchas personas y su propio amigo guía le indican que la situación está peligrosa, que continuamente y de la nada, asaltan a las personas en la calle.
Dentro del relato, el propio Luisito describe que por las avenidas se ven muchos anuncios políticos, de la oposición y en contra del presidente Nicolas Maduro. Por fortuna, remarca que al dar unos pasos hacia otra zona, se observan las diferencias socio-económicas en las fachadas de los lugares, como en cualquier lugar del mundo.
Obviamente todo lo cuenta sin contexto, sin señalar el porqué de ese clima de violencia y desesperación entre las personas. O que Venezuela brilla en petróleo, ya de perdis, por qué decidió visitar el país justo ahora y no un año antes, cuando el bombardeo de los medios de comunicación ya existía.
Seguramente subirá alguno que otro video de su estancia ahí que determinará el supuesto rechazo a los medios tradicionales y la declarada visión distinta que, como himno, proclaman los youtubers. En serio, deberíamos de cuestionar esto tanto como lo hacemos con los medios tradicionales.