Donald Barthelme escribe en El Padre Muerto un libro sobre la función del padre. Una novela surrealista y desternillante.
¿De qué va?
¿Cómo deshacerse de un Padre Muerto de una longitud aproximada de 3.200 brazas,
cuyo cuerpo inerte se extiende desde la Avenue Pommard hasta el Boulevard Grist?
¿Cómo deshacerse de un ser omnipotente y omnipresente, que dicta, ejecuta y reina más allá de la muerte? ¿Cómo deshacerse de un «pesado de mierda»?
Reseña:
El Padre Muerto es un viaje, aunque suene a cliché gastado. Un viaje de imágenes, sonidos, conversaciones, chistes, diálogos desternillantes, lenguaje fascinante y palabras guardadas en un baúl que salen para brincar, cantar y estallar en una explosión de efectos.
Un viaje en donde el objetivo es deshacerse de un padre, El Padre Muerto, quien es poco menos que odiado por sus acompañantes: Thomas, su hijo, Julie, la esposa. Quizá porque El Padre Muerto no vacila en mostrarse como un cínico cascarrabias y viejo verde. Un "pesado de mierda", como describe la contraportada del libro.
Así, El Gran Donald Barthelme aprovecha esta molestia del hijo, para mostrar a El Padre Muerto en su función de padre. Lo que hace y no hace un padre. A veces simplemente como un recuerdo del pasado, que parte del rencor, en otras ocasiones con una brutalidad desconcertante.
Recordemos ese memorable libro, incluido dentro de la novela, llamado "Manual para hijos". En uno de los fragmentos retrata el tono de un tipo de padre, quien le explica a su hijo de 6 años que irá al colegio para que socialice, donde "le chuparán la sangre", "le pondrán el culo morado", "conocerá la historia de su país", "le dirán muchas cosas y será mejor que no se resista, debe ser realista". Y así da el golpe certero:
Deja que te diga una cosa más sobre ese colegio, hijo. Hacen lo que hacen porque yo les he pedido que lo hagan. Estas ideas no se les ocurren a ellos solos. Tu madre y yo, que tanto te queremos, les hemos pedido que lo hagan.
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Donald Barthelme, escritor norteamericano reconocido
por crear tramas sorprendentes en sus cuentos |
El Padre Muerto es una lectura que destaca por la crítica hacia lo que significa ser un padre, literalmente. Me atrevería a decir que es un libro sobre la función del padre. Un libro que se metió en el disfraz de novela. Y ya con él, brotan situaciones impredecibles, sin aparente rumbo. Pero ese camino desorientado se acompaña y resalta por su extraño, ingenioso y original sentido del humor.
No importa si no conoces a Donald Barthelme -si has leído sus cuentos de
City Life o
Vuelve Dr. Caligari, no tendrías que pensarlo ni dos veces-, porque te enamorarás de él. Su estilo seductor se multiplica en esta obra. Resuena un humor creado a partir de historias impresionantes y crítica social oculta, en pasajes a veces incomprensibles. Pese a que esta novela sobre el padre regale un disfrute con su obligada segunda revisión, no deja de ser placentero y agradable ir solo a su primer viaje de ida.