La comedia que sirve para hablar del suicidio y la presión social de las mujeres: eso es "Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York"
¿De qué va?
Sheila no piensa demasiado en el futuro, porque para ella el futuro es eso, futuro.
Hasta que de pronto se da cuenta de que tiene treinta años y todavía sigue soltera. Sheila intentará resolverlo, claro que lo intentará, pero resultará que el presuntonovio o es gay o que quien en realidad le gusta es su mejor amiga, o que solo busca compartir el alquiler.
Décadas después de su publicación, Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York continúa siendo la nota de suicidio más divertida que se haya escrito nunca.
Reseña:
Gail Parent escribe una novela sustanciosa sobre el suicidio de una chica soltera, como es Sheila Levine, donde sugiere dos cosas. Uno, construye un retrato empático de una mujer que se cansó de intentarlo, que ya no pudo más en la búsqueda de una vida en pareja. Y dos, hay una crítica afilada hacia cómo debe ser la vida de una mujer: casadas con un hombre sí o sí. Si permanecen solteras, se verían raras. Y así como que sean un orgullo para la familia, pues no. Sí, sólo por no casarse. A los hombres también se les señala, pero no tanto, ¿o sí?
Estos elementos laten como mensaje a lo largo de la historia, pero también se pueden olvidar con el constante y delicioso sentido del humor de la novela, cortesía de nuestra narradora Sheila Levine. Un humor que se goza, donde con una sola frase ofrece carcajadas. Incluso parece que estamos ante un largo monólogo de stand-up, como señala atinadamente Rodrigo Fresán en el prólogo de la versión en español.
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Gail Parent ha sido guionista de comedia, en programas
de sketches como The Mary Tyler Moore Show |
Ese humor absurdo y de grandes ocurrencias, no podía dejar de lado a los judíos, a esa burla hacia sus forma de ser y costumbres. Ese famoso "humor judío", al estilo
Woody Allen y
Etgar Keret, donde cada mención hacia ellos es un disparate lleno de ingenio.
Fue escrita en 1972 y, pese a eso, reproduce el espejo del mundo, o sea Nueva York. Pero no el romántico de Times Square y rascacielos, sino el del día a día de quien vive ahí. Una ciudad repleta de presiones sociales y económicas, donde no todos triunfan, y la mayoría sobrevive en vez de vivir. Eso no significa que la protagonista mate el ideal consumista, de competir y desear ser parte de algo, a través de lo material. Entre sarcasmo y crítica, Sheila Levine regala pasajes imperdibles sobre lo que dirían las revistas femeninas, aka
Cosmopolitan, sobre qué tipo de mujer es ella.
Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York es una novela donde Gail Parent toma la comedia escrita para hablar de las aspiraciones impuestas por la sociedad. Con sketches, diserta sobre lo complicado que es encontrar una pareja para vivir, y no sólo para tener sexo. También es un manifiesto contra el machismo, ese que presiona e incluso designó una palabra común vía desacreditación de lo femenino, "solterona" para las mujeres y "soltero" se mantiene para los hombres. Pero justo cada palabra aquí, llevan dosis de ingenio y hasta esperanza, porque al final Sheila está muerta pero también vive.