El programa de Arath de la Torre en 2016 fue un late night con un primer episodio de cosas destacables y despreciables
Esta noche con Arath es el late night con el que Televisa
renueva su barra de programación.
Mi expectativa era alta. Y es que ansiaba ver
si este sería el show nocturno definitivo
de la televisión mexicana que se desea ver cada noche
Juzgar Esta noche con Arath en base a los late night norteamericanos sería
ridículo –ellos crearon este formato de culto y gracias a esa experiencia, lo
manejan mejor que nadie-. Incluso compararlo con los intentos en la televisión
mexicana de dicho formato (Otro Rollo, El
Hormiguero México, Motel Diablito, programas aceptables que han sabido
adaptarlo a México). El comentario debería hacerse desde las características
del late night, con las variantes propuestas de cada producción (en este caso,
a cargo de Adriana Bello). Y claro, no tiene mucho sentido dar un veredicto
viendo sólo un capítulo. En este caso, la reseña es de las impresiones
generadas en este primer episodio. Y es que el show, así como tiene cosas destacables, las tiene despreciables.
El inicio de Esta noche con Arath me pareció sublime. Ese pequeño sketch donde
vemos (de espaldas) cómo camina hacia el set un conductor muy parecido a Arath que resulta ser Joaquín
López Dóriga. Se sienta muy cómodo en su silla y alguien se acerca a decirle que ése ya no es su programa. Fue algo extraño pero me carcajeaba de una forma
inexplicable.
Después apareció el monologo de
Arath de la Torre. Decía que ese era el segundo puesto más cotizado en Televisa. Primero era el de Primera Dama. ¡Órale!... Sonaba a algo que difícilmente se volvería a
escuchar en algún programa de Televisa. Era un poco atrevido pero tenía cierta
gracia. Luego hizo algunos chistes sobre algunos políticos, entre ellos
Margarita Zavala y Andrés Manuel López Obrador.
Al terminar, en el bloque de notas
–con poca relevancia y sin ninguna gracia-, Arath volvió a burlarse de López
Obrador y –de nuevo, como tantos comunicadores sin un argumento coherente- lo
comparaba con Donald Trump, ahora físicamente. De poco servía la supuesta
imparcialidad y apertura hacia la crítica política si vemos hacia dónde va
ésta. No difiere en nada a la forma de abordar el comentario político en cualquier
programa de Televisa, sólo en hacerlo desde la “comedia”.
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Arath de la Torre. Vía planoinformativo.com |
Algo que no entendí fue la razón
de que Joaquín López Dóriga fuera el invitado estrella. Dejando de lado el
chiste de que este era su espacio en el canal, ¿en verdad era necesario
entrevistarlo? ¿Era el personaje que un público de late night estaría ansioso
por escuchar? ¿Cómo porqué desearíamos conocer lo que está haciendo si nos lo
han dicho a través de la televisora una y otra vez?
Además, la entrevistaba fue
demasiado vaga. No se dijo nada importante ni gracioso. En parte por las
preguntas pero también por la nula habilidad de Arath de la Torre para hacer
una entrevista. Si no va a jugar con la acidez ni la agilidad mental –imprescindibles
para las entrevistas de un late night-, pues se puede suplir con preparación y una
conversación amena que cree interés en el invitado. Arath se veía sin ánimo y
muy formal, lo cual era raro, ya que si por algo se ha caracterizado en su
carrera es por el ingenio de la improvisación (sin necesidad de recurrir a
personajes estereotipos que tanto ocupan los “comediantes” de Televisa).
Lo que siguió fue un sorpresivo sketch
entre “Carmen Aristegui” y “Joaquín López Dóriga”. Sorpresivo por la similitud
de los dos personajes –increíble la voz de Aristegui-. Se insinúan las
diferencias entre los dos comunicadores de una forma simpática. También
presentaron un tercer sketch sobre el “Hoy No Circula” con la parodia de dos
amigas de clase alta, junto al Jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel
Mancera. Se me hizo interesante la crítica hacia este sector de la población,
aunque un poco repetitiva en sus personajes.
Ya casi para terminar, se
presentó a la segunda invitada: Mariana Treviño, protagonista de Club de Cuervos (Netflix). Su aparición
fue un soplo de agua fresca, además de que se notaba su entusiasmo por estar en
el programa. Se volvió a repetir lo de Arath de la Torre como entrevistador. Y
es que si no fuera por la emoción de Mariana Treviño y el juego llamado “Duelo
de rolas”, el encuentro hubiera sido lo más gris que se pueda imaginar. En dicho
juego se vio a un Arath mucho más libre y cómodo cantando con imitaciones de “Mijares”
y “La Tesorito”. Aunque claro, la rapidez mental tanto suya como de Mariana
Treviño, dejaban qué desear. Esto lo hizo ver Gon Curiel, presentador del
programa, quien comentó que el “Duelo de rolas” fue vergonzoso. No lo pudo
describir mejor.
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Vía television.televisa.com |
En la última parte del programa, apareció
el dúo Rodrigo y Gabriela, quienes
han aparecido en cuanta variedad de late night norteamericano. Nos enteramos de
eso a través de la cápsula hecha a partir de videoclips de dichos late night. Un
guiño curioso. Sin embargo, de acuerdo a Arath de la Torre, nunca se habían
presentado en la televisión mexicana. Y el hecho de contactarlos me pareció
fenomenal, ya que -además de darle cierta exclusividad al programa desde el
primer show, la cual hubiera redondeado con un buen invitado estrella-, es un gesto noble. Yo no los conocía pero se me hizo interesante la
música hecha a partir de guitarras. Con esto acabó el primer episodio del late
night.
Esta noche con Arath presentó ciertas cualidades (desde el guion y la producción) que lo pueden hacer el
show nocturno de política, humor y entretenimiento que la televisión mexicana ha despreciado
desde hace mucho tiempo. Pero esto no se logrará desde la contradicción y el
desinterés. No es posible que proyecten un mensaje de atrevimiento y libertad
de expresión, cuando la crítica permanece y se cultiva hacia el mismo lado. Tampoco que la dirección hacia Arath de la Torre sea una que desconoce y por tanto, no domina. Además
de que el horario debe cambiar a corto plazo (Tendría que crearse un contenido
demasiado cautivante para darse el lujo de ser un poco Saturday Night Live). Menos admisible que demeriten a sus propios
invitados relegándolos por la gente importante de Televisa. Considero que atrás
de la producción de Adriana Bello hay ingenio y material con el que se puede
hacer reír, pero –si hay autocritica- deberían tomarse en cuenta puntos importantes
que están dejando de lado y son imprescindibles para crear un buen late night.