Rutu Modan exhibe en Metralla el rencor y el odio hacia lo diferente, en una cotidianeidad israelí llena de colores
Argumento:
Kobi, taxista en Tel Aviv, ya no tiene apenas relación con Gabriel,
su padre. Numi, amante de éste, aparece de repente en la vida de Kobi
porque está convencida de que Gabriel ha sido víctima de un atentado.
Emprenderán juntos una búsqueda desenfrenada y llena de incertidumbres,
con el conflicto palestino-israelí como telón de fondo.
Rutu Modan, una de las pocas representantes del cómic israelí,
construye una narración casi policiaca, en la que convive una historia
de amor naciente junto con una silenciosa y demoledora crítica a la
sociedad israelí, acostumbrada y resignada a la violencia cotidiana, una
sociedad magullada por uno de los enfrentamientos más complejos de la
actualidad.
Opinión:
La
historia de Metralla inicia y lleva un desarrollo en el que parece que no pasará nada, incluso sin indicios de que suceda algo más relevante o estalle la situación.
Aunque se tenga esta sensación, quizá sin motivos fuertes, ya que la trama muestra una fricción entre los protagonistas -el taxista tenía una personalidad un tanto odiosa (esto se
deja ver desde el principio), moviéndose entre la pedantería y la prepotencia, aunado a una protagonista
entre amable-directa-persistente que muestra lo complicado que pueden ser las relaciones sociales, no sólo cuando existe un hecho que complica esa interacción, sino incluso cuando este hecho ya ha sido resuelto. Los protagonistas de Metralla chocan pero funcionan, muy a su manera.
Si bien en esta historia larga, la dibujante israelí Rutu Modan destaca por reflejar la complicación de las relaciones amorosas, ambientándola de una cotidianeidad que combina con colores amables, repito que no sucedía mucho. Metralla tenía humor y un tono que empezaba a ser repetitivo.
Entonces, comenzaba a decepcionarme de Rutu
Modan, quien por alguna razón -creo fue el ingenio en sus tramas y el
dibujo sencillo- me había encantado con Jamilti y otras historias de Israel: un libro de historias cortas que había leído hace mucho tiempo,
además de ser de las primeras obras gráficas que leía.
Pero en cierto momento, ante todo supuesto, la
novela gráfica Metralla llega a una cúspide que no se
esperara e incluso cambia la idea de lo que se veía hasta ese
instante. Ahí me gustó mucho, con un cambio en su valoración. Y dije: "¡Ah, vaya qué tenía algo
Rutu Modan!"