No sé qué se pueda decir que no se haya dicho en las reacciones del aficionado mexicano y de los comentaristas de fútbol tras la eliminación de México de la Copa del Mundo. Primero, que si el penal decisivo fue erróneo en su marcación, que si Miguel Herrera no acertó en el mensaje mandado de mantener el 1-0 durante buena parte de los últimos minutos(dejando solo dos jugadores al ataque: Aquino y Hernández), que si México —considerando en dimensión y volteando al pasado un poquito— ha hecho un estupendo papel, ya que, para empezar, se daba como no clasificado de su grupo aún sin haber empezado el Mundial y saber el nivel de cada una de las selecciones —Brasil como una maravilla que TODOS decían arrasaría en su grupo. Y no fue así, ha sido una bazofia (suertuda) —, que si la aparente tranquilidad y seguridad de los futbolistas mexicanos por ya saberse con la victoria, aún cuando en ese momento no había un resultado final (pues el partido estaba en juego), y que si México por su juego merecía ganar el partido. Muchas cosas, muchas sensaciones que deja este encuentro, la mayoría negativas (Y no era para menos).
Lo cierto es que la Selección Mexicana está lejos de ser una potencia del fútbol mundial. (Hoy) Se enfrentó a una potencia. Y vimos porqué es potencia. Porque cuenta con individualidades contundentes y porque un equipo potencia o “grande” es aquel que, suceda lo que suceda, siempre le va a responder a su afición y a los directivos. El equipo mexicano, evidentemente, no tiene grandes jugadores especiales. Funciona muy bien como conjunto (y siempre ha sido así). Eso está bien, pero en momentos como este se ve que no viene nada mal poseer un jugador hábil.
Pongamos, Cuauhtémoc Blanco, el último jugador diferente mexicano ya no está en la Selección desde, ¿qué será? ¿cuatro años? (En realidad, a su mejor nivel desde mucho tiempo más. Pero incluso el peor Cuauhtémoc es bueno). Entonces, sí, se habla y se habla de que no hay ningún jugador como él, pero incluso parece como si fuera un deseo/sentencia de que ya no habrá alguien así, porque en el futbol mexicano no se hace nada para cambiar esta desventaja ante los demás países (Y digo esto, porque casi en todos los equipos por ahí aparece “El Hábil”, el futbolista que sabe con la pelota y que de inmediato te das cuenta tiene una visión y calidad mayor que sus compañeros. En México no hay uno así desde hace muy buen rato. Por ahí, Héctor Herrera, pero sin ser netamente un futbolista que invente, se eche el equipo al hombro y defina en instancias importantes). Claro, un jugador así no es cualquier cosa, no por nada son tan pocos los que se cuentan en el mundo. Y en México, repito, solo se ha tenido a uno: Cuauhtémoc Blanco.
Y yo digo: « ¡Ya basta de hacer porteros buenos en México!». Eso está muy bien, abundan. ¿Y por qué es que en nuestro país se tienen arqueros con una calidad media, tirando a alta? No hay que saber mucho de fútbol para darse cuenta que a este tipo de jugadores se les da un trato específico. El entrenamiento diario es de porteros hacia porteros. Y digo, ¿no se podría hacer también esto con los jugadores clave, que están para elaborar juego? Al final, como los porteros, ocupan una importancia en la definición partidos. México, de lo que más carece es precisamente de estos futbolistas. Evidentemente, si se quiere seguir igual, esto no pasará ni a corto ni a largo plazo. Porque esto necesitaría de inversión, de muchos jugadores o tipos que sepan de fútbol creativo como Blanco, que como dije, no hay muchos así en el mundo. Ni técnicos-auxiliares que sepan(bien, con verdaderas variantes. No solo correr por la banda y tirar centros) de fútbol de ataque.
Por ahí, si bien el trabajo mental se ve que ha ido mejorando con el paso de los años para los mexicanos aún no está del todo completo. Y se vio de nuevo hoy. Lo peor que le puede pasar, en general, a una persona, es creer que ya has hecho algo cuando todavía no se ha hecho nada. Es lo más engañoso que se puede tener en la cabeza. Pareció, que dentro de los tantos motivos que van apareciendo de la no-clasificación a Cuartos de Final del equipo mexicano, este fue uno de ellos. Ojalá que para el bien del fútbol de México, las decisiones y formas de ver este deporte, cambien. Pues no solo cada cuatro años, sino en cada una de las competencias internacionales se ha mostrado que hay capacidad para poder hacer algo diferente y digno del fútbol de este país, que así como llega a ser terrible también tiene cosas muy buenas.