Uno de sus mayores éxitos fue la historieta Los Supermachos, con la cual
empezó a acercarse al pueblo, combinando el humor y la política. El
éxito fue inusitado, alcanzándose un tiraje semanal de 250 mil
ejemplares.
Opinión:
Rius es, ante todo un humorista, y vaya que se tiene capacidad para hacer humor dejándote pensando de por medio.
No hay un solo capítulo de este tomo de Los Supermachos que no te haga reír, en verdad. No te hace soltar en carcajadas, pero siempre mantienes una sonrisa constante. Sumémosle la feroz crítica social que ha ejercido a lo largo de su carrera. Le da con todo al gobierno: el atreverse a decir cosas que parecen impensables y más en una época en la que gobernaba el PRI. Para destacar: gran parte de la obra de Rius fue hecha durante el régimen priísta, donde no había mucha libertad de expresión. Pero a este hombre no le importó eso, él estuvo firme con su propósito de querer informar al pueblo, lo que tiene aún más mérito.
Los dibujos de Rius me gustan mucho. Sí, no son muy vistosos, ni con muchos detalles, ni se ven tan realistas, pero Rius te representa cualquier acción tal cual, al igual que el espacio donde se desarrolla esta. Hace que se entienda lo que está pasando, que a final de cuentas ese es el chiste. Lo peor es que dice que en la época de estas historietas seleccionadas apenas estaba aprendiendo a dibujar, y según él no eran tan buenos. Sí, quizá le faltaba perfeccionar algunas cosas pero para mi se ven bastante bien.
Hay algo que no me terminó por gustar, no sé que sea, si la temática de cada historia, o tal vez que en ocasiones llega a ser un tanto repetitiva la crítica política hacia el gobierno, y no tanto a aspectos de la sociedad —yo prefiero ésta—. No sé la verdad, pero en fin, hay más puntos buenos que malos para rescatar de la obra de Rius.