Las razones para la cancelación del late night show "Esta noche con Arath" aparecen por todos lados. Sin embargo, eso no significa que por ello debía ser cancelado. ¿En verdad era un programa peor que los producidos por Israel Jaitovich durante años en el mismo Canal 2?
Sin duda que no, si partimos de que Arath de la Torre logró ser mejor conductor de este formato de entretenimiento en casi 3 meses que lo que Jaitovich ha hecho en los últimos cinco años. Se notaba el entusiasmo y preparación de Arath por hacer bien su trabajo, para así mejorar la nula habilidad con la que se mostró
durante el primer programa y con la que fue juzgado a lo largo de sus emisiones. Supo entrevistar de mejor forma a sus invitados y aprovechó la improvisación que posee. Pero siempre le faltaron tres cosas: simpatía, cultura y empatía.
Las tres -relacionadas entre sí- me parecen fundamentales para el show de humor y personalidades que proponía la producción. La simpatía que no tenía Arath de la Torre se reflejaba en su oculta personalidad y desconocido humor (¿Qué perseguía con el programa? ¿Qué deseaba en su labor como conductor-comediante con los temas tratados? ¿De qué cosas se reía? ¿Era identificable su humor? ¿Podríamos describirlo?). Nunca se percibió lo que le gustaba o desagradaba del mundo -una fuente de humor-, más allá del guion que le daban y con el que se limitaba a agradar a sus invitados. Evidentemente, nunca mostró la sensibilidad de reaccionar ante lo que podría mover al otro (no necesariamente invitados, sino una parte de la sociedad). No hay que ser genios para darse cuenta que Arath de la Torre está lejos de moverse entre diferentes ambientes y clases sociales, lo cual sería imprescindible para la inclusión que buscaba el show
en uno de sus promocionales.
Estas características que debió haber tenido como conductor son exageradas -han existido late nights shows en México con conductores que sólo con humor, se basan en él y logran un programa entretenido. Como Adal Ramones en
Otro Rollo o Mauricio Barrientos en
Motel Diablito-. Lo que ocurre es que "Esta noche con Arath" siempre se presentó como un show de humor, espectáculos y política, enfocado en la libertad crítica y apertura de personalidades ajenas a Televisa.
Lo último se consiguió, al invitar a actores de empresas como Netflix, FOX o Youtube. Sin embargo, ni de lejos hubo una crítica política-social. Se burlaban de Peña Nieto, Trump y Javier Duarte, cuando ya era algo establecido entre la opinión pública. Reírse de Carmen Aristegui, AMLO y criticar a la CNTE no cambiaba nada la libertad ni la referencia de los programas informativos de Televisa. Menos darle una plataforma a políticos como Aurelio Nuño, Secretario de Educación Pública, o Vicente Fox, sin siquiera tener la intención de cuestionarlos.
A pesar de lo anterior, "Esta noche con Arath" tuvo programas con invitados y momentos rescatables. Entre ellos, cuando fueron "Los Supercívicos", Martha Higareda y "El Escorpión Dorado", Aislin Derbéz, Paulina Rubio, Kinky o Luis Gerardo Méndez, ya fuera con situaciones de humor o adaptándose a la agenda de espectáculos de éstos. Destacar al presentador Gon Curiel, quien también buscó darle humor y frescura a cada intervención.
Pero lo cierto es que el programa siempre mostró problemas desde un inicio. No puedo concebir que en su primer episodio ya se filtrara que Arath de la Torre no era el conductor en el que se había pensado y se mostraran los nombres de los contemplados. Menos
las lamentables declaraciones de la productora Adriana Bello al final del programa. Sin mencionar las extrañas selecciones de invitados en la primera y última emisión de "Esta noche con Arath". ¿Todos deseábamos escuchar a López Dóriga en el estreno o al "Vitor" y "Albertano" en el fin del programa? ¿En verdad son considerados invitados estrella?
"Esta noche con Arath" fue un late show que, posiblemente, pudo haber seguido en transmisión. Tal vez si cambiaba su horario y la forma en que se presentaba, con la pretensión de abarcar algo que su equipo no se permitía, atado a una empresa como Televisa que no le regalaría así como así una libertad crítica, además de no darse cuenta de las habilidades de Arath de la Torre, eje principal para que el programa funcionara.