Crisis in Six Scenes, la serie de Woody Allen, es un experimento de carcajadas con un triángulo amoroso sin la maestría de Woody Allen
Había expectación por ver a
Woody Allen en un formato televisivo.
¿Qué tanto influyó Amazon en Crisis in Six Scenes?
Ver actuar a Woody Allen desde los primeros segundos de Crisis in Six Scenes es llevarse una risa por cómo le pide a su peluquero que le corte el cabello "a la James Dean". Correrán los primeros minutos de la serie y habrá varios chistes sobre esta situación. Conoceremos a su esposa y su peculiar club de lectura. Sin embargo, no se dan indicios de hacia dónde va la historia. Al final del primer episodio, la historia dejará enganchado por el próximo capítulo, tal como una buena serie. Obviamente, la mediática Miley Cyrus tendrá que ver en ello.
Desde el segundo capítulo, habrá una expectación no sólo por lo que pueda suceder en la trama de la historia, sino porque se creería que va a pasar algo más fuerte, algo digno de un drama romántico-psicológico-existencialista,
como las mejores películas de Woody Allen.
A partir de este segundo episodio se sugiere el triángulo amoroso que veremos, pero este nunca se lleva a más. Incluso parece más una relación de dos, porque nunca sabemos cómo repercute en un tercer personaje, pieza clave para los dramas de Allen. Y esto porque la serie tiene un tono extrañamente político, que aprovecha de ubicarse en la decáda de los 60´s para hablar de la lucha revolucionaria frente al capitalismo voraz (?), cosa un tanto desconocida en Allen, ya que si bien tiene películas como
Bananas, era algo que no hacía en otra obra desde los años 80.
Conforme vemos los capítulos, nos damos cuenta que la miniserie ya está cada vez más del sexto capítulo y con ello del final, sin aún ver algún clímax deslumbrante propio de las inesperadas actitudes en los personajes de Woody Allen. Claro que hay chistes y cada aparición de Woody es hasta de carcajada asegurada, pero fuera de eso, sólo está una ligera intriga por una historia que parece alargarse o incluso ser muy breve y poder ser contada en menos tiempo.
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Vía wikicommons.com |
Si algo es importante para analizar
Crisis in Six Scenes, es ver su formato y el tiempo de este. Es una miniserie, sí. ¿Pero por qué de apenas 30 minutos? La resolución de la miniserie de Woody Allen se da en un tiempo muy breve, reuniendo a todos los personajes como si ya quisiera acabar la historia.
Y es que si hay miniseries
como Black Mirror que con pocos capítulos, presentan historias redondas y magistrales en casi 50 minutos o más, ¿por qué no lo pudo hacer Woody Allen? O incluso series de comedia de observación brillantes de 30 minutos,
como Curb your enthusiasm, de un seguidor de Woody Allen como es Larry David. ¿Por qué no pensar en que si Allen desconocía tanto el formato pedirle ayuda a David, a quien ya tuvo como actor en
Whatever Works?
Da la sensación de que o Woody Allen estuvo condicionado por Amazon para hacer la serie con ciertas características o sólo buscó acabarla como fuera, sin pensar si podría hacerla diferente. Ver
Crisis in Six Scenes es encontrarse con un experimento agradable, pero que no se puede pensar sin relacionarlo con la obra de su creador, su formato audiovisual y hasta otras muestras televisivas.