Las historias de Harvey Pekar tienen algo que te hacen sentir cercano a la vida tal cual es: rutinaria y sin situaciones sorprendentes. Destaca la verosimilitud en la forma de afrontar cada situación. Como bien señala la sinopsis del libro: “Un cómic sin héroes ni villanos, sin ases en la manga ni desenlaces inverosímiles. Un cómic que nos habla de personas, de actitudes, de verdades tremendamente cercanas a todos nosotros”.

En algunas historias se omiten partes esenciales de una narración como el clímax y la consecuencia-desenlace cerrado, sin embargo esto no importa porque cada historia tiene fuerza y sobresale por sí misma.  Cuando menos te das cuenta, hay un gozo por leer historias de vida común. Porque quien escribió esto, era un tipo que todos los días debía salir de su casa a trabajar en algo que no le gustaba; iba a la panadería a comprar pan y en la calle se encontraba con personas disparatadas. Alguien tan ordinario como cualquier otra persona. 

Es justo esa vida corriente y agobiada la que hace que su manera de ver el mundo sea única y por tanto, sus historias. El mismo Harvey Pekar lo menciona magistralmente en uno de los mejores números de esta serie: "Dilema Moral", semejante a la fiel y muy decente película que protagonizó en su momento el actor Paul Giamatti al encarnar a Harvey Pekar.             

Los dibujos de Robert Crumb (con trazos oscuros: de extrañeza y desesperación) completan atinadamente lo que hace el guionista. Las historias de Harvey Pekar cambia la noción sobre las posibilidades del relato o la short storie -como se conoce en Estados Unidos-, además de dejar con sensaciones después de leerlas, con reflexiones sobre lo ordinaria y apasionante que es la vida.